Los ruidos fuertes pueden causar pérdida auditiva permanente e incluso acelerar el proceso de hacerse sordo. La necesidad de protección auditiva es a menudo mal entendida y subestimada. Los niveles de ruido por encima de los 125 decibeles, incluso durante períodos cortos, pueden causar pérdida permanente de la audición. Cuando se exponen a estos decibeles durante períodos más largos, los efectos son aún peores. Nuestro protectores Auditivos de alto grado de reducción de ruido (32NRR) es una de las mejores maneras de proteger su audición de los daños ya que se encuentra probados y Certificados con CE EN 352.1 (Norma Europea).
! Que tenemos para Ti ¡
¿Cuándo usar los Protectores Auditivos para Niños?
Las Orejeras Antiruido para Bebés Y Niños reducen los sonidos fuertes desde el exterior a un nivel más conveniente. Usted aun podrá escuchar lo que sucede a su alrededor, ¡pero puede estar seguro de que la audición de sus hijos no será dañada permanentemente! Aconsejamos utilizarlos cuando esté rodeado de sonidos con un nivel de dB superior a 85. (por ejemplo, conciertos, aeropuertos, herramientas para jardinería y hogar, etc.)
Nuestros protectores auditivos para bebes se fabrican con una Calidad premium de grado industrial, están diseñados para funcionar en ambientes hostiles. Utilizamos materiales de la más alta calidad: 2 capas de nuestra espuma de amortiguación de ruido, diseño sólido de una sola taza.
Algunas características para tener en cuenta a la hora de comprar orejeras Antiruidos para Bebés Y Niños.
- Excelentes para cada situación: Se debe buscar que sean ideales para bloquear ruidos causados por aeropuertos, multitudes, herramientas de jardinería y hogar u otros ruidos molestos. Debemos verificar que los protectores auditivos tengan una seguridad de reducción de ruido de entre 32dB hasta 125dB.
- Ajuste perfecto: Deben ser perfectos para Bebes y Niños con un estilo elegante. Piezas fuertes y de alta calidad que hacen que los protectores para el oído sean resistentes y robustos. Tiene una diadema ajustable para Bebes Niños y hasta Adultos.
- Gran comodidad: Que sean ligeros y extremadamente cómodos. La parte interna acolchada en la oreja debe otorgar un ajuste cómodo y perfecto.
- livianos y portátiles: Que tengan un diseño plegable de los protectores es idealmente portátil y ofrece muy buen ajuste.
- Privacidad: Las Orejeras Antiruido para Niños son ideales para estudiar y evitar el ruido de la casa o si hablan en habitaciones colindantes, reducen los factores de desconcentración en los niños a la hora de realizar tareas que requieren de un alto nivel de concentración.
- Asistir a lugares ruidosos sin exponer a nuestros hijos: Algunos chicos no soporta llevar nada en la cabeza, a cada momento están con la obsesión de quitárselo, pero la comodidad de nuestros protectores Auditivos para niños permite un uso prolongado como puede ser una faena de motos GP que duran alrededor de dos días expuestos a niveles muy altos de ruido. Anímate a que tu hijo se haga fan de los mismos deportes tuyos teniendo la tranquilidad y la seguridad de que no van a sufrir ningún problema auditivo en corto o mediano plazo.
Protectores Auditivos para Niños con Autismo
Muchas veces, cuando hablamos de autismo, se nos viene a la cabeza la imagen de un niño tapándose los oídos en un rincón del salón de clases o huyendo a la hora de cantar el “Cumpleaños Feliz”. Esto es porque dentro del Trastorno del Espectro Autista (TEA) es uno de los sistemas sensoriales más afectados.
Debemos comprender las generalidades del sistema auditivo. Este es uno de los cinco sistemas esteroceptivos, es decir, el estímulo proviene desde fuera de nuestro cuerpo y se compone de tres partes: oído externo, oído medio y oído interno.
Generalmente, uno de los primeros exámenes que deriva un neurólogo al haber sospecha de TEA, es precisamente para conocer si este sistema está funcionando correctamente para descartar que la ausencia de respuesta comunicativa se debe a la disminución o pérdida de la audición. Pero ¿qué sucede cuando estos exámenes auditivos salen dentro del rango normal y pese a esto, vemos en nuestros niños, conductas de hiporrespuesta (disminución de respuesta) ante el estímulo auditivo y “pareciera que no escuchara” o hiperrespuesta (molestia o huída) ante estímulos auditivos, como sonidos fuertes o inesperados?
¿Qué es la Hiperreactividad Auditiva?
Cuando hablamos de hiperreactividad, nos referimos técnicamente a una respuesta exacerbada ante un estímulo que fue procesado de la misma manera. Es decir, en el caso del sistema auditivo, el sonido se procesa de manera exagerada y esto produce molestia excesiva en la persona. Es en estos momentos en donde el sistema nervioso autónomo (encargado de regular las respuestas primitivas y basales de nuestro cuerpo), pide la reacción de lucha o huída y nuestros niños, frente al estímulo auditivo estresor, reaccionan huyendo o gritando, tapándose los oídos para bloquear la entrada del sonido que les molesta.
¿De qué manera se puede observar la hiperreactividad en mi hijo?
Una de las formas en que observamos esta dificultad es a través del rechazo al estímulo auditivo fuerte o sorpresivo, observando conductas como salir corriendo y escapar del lugar, descompensaciones que desencadenan llanto incontrolable, auto o héteroagresiones o incluso reacciones fisiológicas como cambio de la coloración de la piel (enrojecimiento o palidez), sudoración, temblores, aumento en la frecuencia cardíaca, etc. Todas estas son llamadas conductas desadaptativas evitativas.
Por otro lado, podemos observar conductas desadaptativas buscadoras de sensaciones debido al mismo perfil sensorial hiperreactivo. Por ejemplo, niños que no logran expresar que el estímulo auditivo está molestándoles, suelen ponerse más inquietos en lugares con altos niveles de ruido, buscando poder regularse a través del movimiento, ya sea corriendo, saltando, girando, lanzando objetos, golpeando objetos, deambulando, etc.
De igual manera, esta búsqueda puede darse en el mismo canal sensorial auditivo, siendo niños que autogestionan sonidos constantemente, golpeando objetos y haciéndolos sonar o incluso, gritando fuerte; todo esto, con el fin de inhibir el estímulo auditivo externo y tener el control del estímulo que está ingresando al sistema, en cuanto a duración e intensidad.
¿De qué manera puedo ayudar a mi hijo si tiene hiperreactividad auditiva?
Lo primero que debemos hacer es, identificar el estímulo estresor. Si sabemos que nuestro hijo tiene esta dificultad en el procesamiento sensorial, debemos estar atentos al ambiente y contextos donde lo haremos desempeñarse. Por lo tanto, si logramos identificar que un estímulo auditivo generó una descompensación, debemos seguir los siguientes pasos:
- Sacar al niño del ambiente en donde se encuentra el estímulo. Recordemos que estas reacciones corresponden a una respuesta del sistema nervioso autónomo y que no van a ceder si el estímulo está presente en el ambiente.
- Nunca sobreestimular, es decir, no debemos ofrecerle el celular, juguetes, gritar o tocar si no es necesario, ya que en estos momentos no será útil y generará una sobrecarga al sistema nervioso.
- Entregar propiocepción. El sistema propioceptivo es el encargado de hacernos sentir nuestro cuerpo en el espacio. Además, es el sistema encargado de regular, en este caso disminuir el nivel de alerta. Por lo tanto, un abrazo apretado, una contención física o poder movernos en una actividad con propósito, ayudará a disminuir los niveles de alertas que fueron aumentados por el sistema nervioso autónomo antes mencionado, hasta lograr la calma.
- Siempre mantener la calma. El adulto será el encargado de entregar una sensación de protección y seguridad al niño. Esto también ayudará a que el niño se calme poco a poco.
- Es fundamental que, una vez calmado el niño, debemos explicar lo sucedido, ayudando al niño a entenderse a sí mismo y para que en una próxima ocasión, desarrolle, poco a poco, la capacidad de expresar con palabras su molestia para evitar llegar a una descompensación.