Aspirador Nasal BEBE

La entrada del otoño y el comienzo del curso escolar determinan un ambiente ideal para que los virus causantes de todo tipo de infecciones respiratorias campen a sus anchas. Los niños más pequeños son los más afectados, desde los simples pero molestos catarros, las laringitis y gripes son muy comunes en esta época del año.

Por lo general no son enfermedades graves, aunque puede resultarlo especialmente en los ancianos y también en los niños de menos edad. Los pequeñitos que van a guardería son el grupo más expuesto y propenso a las complicaciones, además de otros niños que padecen enfermedades como asma, diabetes, etc.

El síntoma más común de los catarros y la gripes son la presencia de los mocos, para niños grandecitos no representan mayor complicación pero si lo puede llegar a ser para los más pequeños. En el caso bebés y los niños pequeños, ellos todavía no saben respirar por la boca, por eso, cuando tienen mocos respiran con mucha dificultad lo que es muy molesto para ellos.

Según los especialistas, a los niños se les deben realizar lavados nasales cada vez que exista presencia de mucosidad en la nariz para así permitirles respirar mejor y aliviar la congestión, los lavados nasales con suero fisiológico son una gran alternativa aunque a la mayoría de los chicos no les gusta la sensación que genera de una jeringa en su nariz expulsándoles líquido a alta presión, una muy buena alternativa al suero fisiológico que no genera ningún rechazo por parte de los niños para limpiar el exceso de mucosidad son los aspiradores nasales.

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Nuestros aspiradores nasales son dispositivos médicos adecuados para el uso doméstico. Funcionan eléctricamente para producir energía de succión suficiente pero ajustable, y su solución innovadora es suave y segura para los niños.

Gracias a que están diseñados con materiales libres de BPA y los picos nasales hechos en silicona, los aspiradores nasales no generan ningún tipo de irritación a la mucosa nasal.

Cada bebé y cada resfriado son diferentes, es por eso que nuestros aspiradores cuentan con un botón de control para ajustar la potencia de succión de acuerdo a la edad de los niños y la densidad de la secreción mucosa. La potencia de succión máxima fue comprobada por otorrinolaringólogos para garantizar que el uso excesivo o inadecuado de los dispositivos no pueda causar lesión a nuestros pequeños.

Lavado Nasal con Suero Fisiológico

El suero fisiológico es “el pañuelo” de los niños pequeños que aún no saben sonarse. Si se tiene en cuenta esta idea, resultará fácil entender la respuesta a la pregunta de ¿cuantas veces debo hacer los lavados nasales a mi Bebé? Hay que hacer tantos lavados nasales como sean necesarios para que el niño esté más cómodo y respire mejor.

Para limpiar la nariz con suero fisiológico existen diferentes sistemas que se pueden comprar en la farmacia. Cualquier método es igual de eficaz si se realiza correctamente.  Quizás sean mejor los envases pequeños, ya que la utilización de un mismo frasco, catarro tras catarro, favorece su contaminación por gérmenes.  También es importante que cada niño tenga su propio dispositivo, para que no se pasen los virus de uno a otro… que lo harán de todas formas.

Los lavados nasales no suelen gustar a los niños, por lo que a veces hay que hacer auténticas “llaves marciales” para poder sujetarlos.

A continuación enumeramos una serie de consejos que propone la Asociación Española de Pediatría AEP, con respecto a los lavados nasales con suero fisiológico.

  1. Es recomendable hacer los lavados antes de dormir y antes de las tomas en los bebés. Suele ser suficiente con 1,5-2 ml en cada fosa nasal en niños pequeños y hasta 5 ml en niños mayores. La sensación será menos desagradable si el suero está a temperatura ambiente.
  2. Se puede tumbar al niño (boca abajo o boca arriba, como mejor se le sujete), procurando girarle la cabeza hacia un lado e intentando que no se eche hacia atrás. Cuando esté bien sujeto, se echa el suero fisiológico por el orificio que queda arriba, “con determinación”.
  3. Tras esta maniobra, sobre todo si está boca arriba, se le puede sentar para favorecer la expulsión de las secreciones.
  4. Posteriormente, se repite la maniobra para echar el suero en el otro orificio nasal, girándole la cabeza hacia el lado contrario.
  5. Si la nariz está muy obstruida, se puede echar un poco de suero, masajear para reblandecer y volver a echar más suero.
  6. Los niños mayores son capaces de realizarse los lavados ellos mismos, inclinando la cabeza hacia un lado y posteriormente al contrario, y echando el suero por el agujero nasal que queda más arriba.
  7. Parte de los mocos los expulsarán y otra parte se los tragarán, que, por otro lado, es normal.

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